El 10 de julio, hora local, Estados Unidos y México anunciaron una nueva medida destinada a impedir que China y otros países transporten productos a través de México para eludir los aranceles estadounidenses sobre el acero y el aluminio, mediante la implementación del estándar siderúrgico “North America Melted and Poured”.
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ToggleDe acuerdo con la nueva política del presidente estadounidense Biden, los productos siderúrgicos importados desde México estarán sujetos a un arancel del 25 % bajo la “Sección 232” de EE. UU., salvo que se documente que fueron fundidos y colados en Estados Unidos, México o Canadá. De igual forma, los productos de aluminio importados desde México solo podrán evitar el arancel del 10 % bajo la “Sección 232” de EE. UU. si no contienen aluminio primario fundido o colado en China, Rusia, Bielorrusia o Irán. Funcionarios del gobierno de Biden agregaron que, al llegar a manos de los importadores en Estados Unidos, estos productos deberán ir acompa?ados de un certificado de análisis que muestre el país de origen del metal, el cual deberá presentarse ante la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU.
El presidente estadounidense Biden y el presidente mexicano López Obrador indicaron en una declaración conjunta que México ha aceptado exigir a los importadores de productos siderúrgicos transfronterizos que proporcionen mayor información sobre el país de origen de dichos productos. La declaración se?ala: ?Ambos países implementarán políticas comunes para evitar la evasión de aranceles sobre el acero y el aluminio y fortalecerán la cadena de suministro de acero y aluminio en América del Norte?. Los dos presidentes también se comprometieron a que Estados Unidos y México intensificarán su cooperación en las próximas semanas y meses ?para proteger los mercados de acero y aluminio de América del Norte contra prácticas comerciales desleales?.
Reuters se?ala que, para asegurar su reelección en las elecciones generales de noviembre, Biden ha estado buscando activamente el voto de los miembros de los sindicatos industriales, en particular el de la United Steelworkers. El nuevo paquete de medidas adoptado por la administración Biden ha sido presentado como “cerrar las lagunas dejadas por el gobierno de Trump”. En 2018, el gobierno de Trump impuso los aranceles del artículo 232. En mayo de este a?o, la administración Biden elevó los aranceles del artículo 301 sobre metales provenientes de China, llevando la tasa al 25 %.
Los datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos muestran que, en 2023, el país importó muy poco acero originario de otros lugares a través de México, apenas alrededor del 13 % de los 3.8 millones de toneladas de acero provenientes de México. Sin embargo, un funcionario del gobierno de Biden afirmó que los nuevos requisitos son “prospectivos” y buscan impedir un posible aumento repentino en las importaciones de acero chino. La organización sectorial American Iron and Steel Institute “elogió” las nuevas medidas del gobierno de Biden, aunque se?aló que su eficacia dependerá de que México proporcione información precisa sobre sus importaciones de metal.
Reuters se?ala que, cuando la administración Biden impone estos nuevos requisitos de importación, Estados Unidos y Occidente también están deliberadamente inflando ante China la narrativa de la “sobreproducción”, alegando que “el exceso de capacidad industrial china inundará el mercado global con una gran cantidad de productos exportados”. Previamente, en mayo de este a?o, Biden elevó los aranceles sobre una serie de productos provenientes de China, incluidos el acero y el aluminio, los vehículos eléctricos, las baterías, los semiconductores y los minerales críticos. Al mismo tiempo, los funcionarios estadounidenses están cada vez más preocupados de que México pueda convertirse en la “puerta trasera” para que China acceda al mercado estadounidense, aprovechando a México para obtener el acceso libre de aranceles bajo el tratado comercial de América del Norte.
El 18 de abril de este a?o, Reuters citó a tres funcionarios mexicanos al informar que, debido a la presión de Estados Unidos, el gobierno mexicano tendría que distanciarse de las automotrices chinas y no ofrecerles incentivos como terrenos públicos de bajo costo o exenciones fiscales para sus plantas de vehículos eléctricos. Los autos de marcas chinas representan cerca de un tercio de las ventas totales de automóviles en México, y varios fabricantes chinos, incluido BYD, habían sido reportados previamente en negociaciones con autoridades mexicanas para definir la ubicación de sus instalaciones.
Con la aproximación de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los partidos Demócrata y Republicano compiten por inflar la llamada “amenaza china”, instando a adoptar más medidas de presión comercial y económica contra China, con el objetivo de captar el voto de la clase obrera mediante discursos proteccionistas. Previamente, el senador republicano Marco Rubio propuso aumentar drásticamente los aranceles a los autos chinos importados. Posteriormente, tres senadores demócratas de estados fabricantes de automóviles también enviaron una carta instando esta medida; entre ellos, el veterano senador demócrata Sherrod Brown elevó el tono y exigió al presidente Biden que impida por completo la entrada de vehículos eléctricos chinos al mercado estadounidense.
El portavoz del Ministerio de Comercio de China, He Yadong, respondió se?alando que los autos chinos son ampliamente bienvenidos en todo el mundo, no por dumping de precios bajos, sino gracias a la innovación tecnológica y la calidad sobresaliente forjadas en una competencia de mercado feroz. He Yadong dijo que, en a?os recientes, la parte estadounidense ha impuesto obstáculos constantes: aumentos arancelarios, restricciones para participar en las compras gubernamentales y políticas de subsidios discriminatorias, lo que ha obstaculizado gravemente el ingreso de autos chinos al mercado estadounidense. En marcado contraste, China siempre ha mantenido sus puertas abiertas a las empresas automotrices del mundo. Las marcas estadounidenses han disfrutado plenamente de los beneficios del gran mercado chino. De hecho, las ventas de autos de marcas estadounidenses en China superan con creces las ventas de autos de marcas chinas en Estados Unidos.
He Yadong se?aló que Estados Unidos promueve el proteccionismo comercial, politiza descaradamente los temas económicos y comerciales, y eleva cada vez más el muro de las barreras comerciales, lo que obstaculiza la competencia leal y, a largo plazo, también frenará el desarrollo de la propia industria automotriz estadounidense. Esperamos que el lado estadounidense respete las leyes del mercado y los principios de competencia justa, corrija sus políticas y prácticas no orientadas al mercado y cree condiciones para una competencia equitativa y un desarrollo a largo plazo de la industria automotriz.
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