Home?Noticias del Sector? La tormenta de subidas de precios se ha extendido a los productos lácteos, y el gobierno de Polonia ha "desbloqueado" la mantequilla congelada.
En varios países de Europa se ha observado recientemente un fuerte aumento en el precio de la mantequilla, y Polonia llama particularmente la atención. CNN citó el 18 de diciembre análisis de la industria que se?alan que la escasez en el suministro de productos lácteos podría ser la causa principal; para frenar la escalada del precio de la mantequilla, el gobierno polaco anunció que liberará 1 000 toneladas de mantequilla de sus reservas estratégicas y las subastará a comerciantes a un precio inferior al del mercado. Esta maniobra busca claramente contener la inflación y devolver el precio de algunos artículos de primera necesidad a un nivel aceptable.
Los datos oficiales muestran que, en el último a?o, el precio de la mantequilla en los 27 países de la Unión Europea aumentó un 19 % en promedio, y en algunos países incluso superó el 40 %. En Eslovaquia, Alemania y la República Checa, la población expresa su descontento por el “disparado” precio de la mantequilla en los anaqueles de los supermercados; el foco del debate público es: ?por qué la mantequilla se ha convertido en una de las más afectadas cuando la recuperación económica tropieza con cuellos de botella y los precios al consumo no dejan de subir? Expertos analizan que las principales regiones productoras de leche del mundo —incluidas Europa, Estados Unidos y Nueva Zelanda— enfrentan una caída en la producción. Por un lado, la propagación de enfermedades en las vacas reduce el volumen; por otro, la demanda internacional de productos lácteos, especialmente de quesos de alto valor agregado, sigue siendo elevada, desplazando la producción de mantequilla, cuyos márgenes de ganancia son relativamente menores. Algunos procesadores prefieren destinar la leche a líneas de productos más rentables. La FAO se?aló a principios de mes que el suministro de mantequilla en Europa Occidental es claramente insuficiente, lo que impulsó los precios globales a un máximo histórico en noviembre. Según las estadísticas de la UE, la subida del precio de la mantequilla dentro de la Unión ya superó el 40 % en lo que va del a?o, generando una gran presión sobre los consumidores.
Mientras la economía europea en su conjunto enfrenta el alza de los costos energéticos y una inflación persistente, el incremento en el precio de la mantequilla resulta aún más llamativo. El gobierno polaco anunció el día 17 de este mes la liberación de 1,000 toneladas de mantequilla desde las reservas estratégicas del Estado, que serán subastadas a un precio muy por debajo del mercado. La Agencia de Reabastecimiento de Reservas Estratégicas (RARS) indicó que esta mantequilla congelada se almacenaba originalmente para garantizar la demanda nacional y como reserva de emergencia, pero ahora se libera de forma urgente debido al disparo en los precios, que afecta la vida cotidiana de la población. El precio oficial de subasta se fijó en unos 28.38 z?otys por kilogramo (aproximadamente 7 dólares), inferior al precio minorista general actual, y se venderá en lotes únicos de 25 kg. El gobierno espera que los comercios aprovechen esta medida para estabilizar los precios finales al consumidor y ofrecer así un alivio, al menos en los productos de uso diario, frente a la presión inflacionaria.
Según los medios polacos, aunque la mantequilla no representa una proporción muy alta dentro del gasto diario de los hogares polacos, su alza, sumada a la de otros precios, intensifica la percepción pública de la inflación. Datos difundidos previamente por la Oficina de Estadísticas de Polonia revelaron que, hasta noviembre de este a?o, la tasa de inflación del país alcanzó el 4,7 %, aproximadamente el doble del promedio de la zona euro. Con la presión adicional de factores como la energía y el precio de la electricidad, las quejas de la población por los altos precios son constantes. Incluso algunos periodistas polacos han comentado que, incluso si el gobierno lograra bajar el precio de la mantequilla, para el ciudadano común sería apenas una gota en el mar; el problema más crucial sigue siendo frenar la escalada de la electricidad y otros gastos básicos.
Los políticos dentro de Polonia también muestran posturas divididas ante el encarecimiento de la mantequilla. El alcalde de Varsovia y candidato presidencial para 2025, Rafa? Trzaskowski, criticó recientemente al gobernador del Banco Nacional de Polonia por no controlar adecuadamente la inflación, lo que ha desatado los precios de los bienes de consumo. Mientras tanto, el presidente del partido Ley y Justicia y ex primer ministro Jaros?aw Kaczyński publicó en redes sociales una foto irónica en la que aparece la mantequilla guardada en una caja fuerte, buscando subrayar la “grave situación económica” que enfrenta el país. Sobre quién debe responsabilizarse de esta ola de alzas, el debate público no logra un consenso: las encuestas indican que más de la mitad de los encuestados culpa al anterior jefe de gobierno, mientras que otros apuntan al actual gobernador del banco central o a la cúpula de Ley y Justicia.
Desde una perspectiva global, varias regiones lecheras de Europa han enfrentado en los últimos dos a?os los efectos adversos del cambio climático, con el constante aumento en los costos de alimentos y gastos energéticos, lo que dificulta elevar la producción de manera efectiva. Mientras tanto, la demanda internacional de leche no solo no disminuye, sino que crece, especialmente tras la reapertura de los países y la rápida recuperación del sector gastronómico, lo que ha impactado la cadena de suministro de productos lácteos. La disparada en el precio de la mantequilla es, por un lado, la proyección concentrada de esta ola inflacionaria en el ámbito alimentario y, por otro, un reflejo de la redistribución de recursos y el alza en los costos de producción dentro de la industria.
Para Polonia, que el gobierno recurra a las reservas estratégicas para contener los precios es algo poco habitual, lo que demuestra hasta qué punto las autoridades toman en serio la presión sobre la economía doméstica. Sin embargo, revertir por completo la percepción negativa de los consumidores sobre la inflación dependerá, en última instancia, de la velocidad de recuperación de la economía en su conjunto y de la coherencia de las políticas complementarias. Si la escasez de leche en Europa persiste, el precio de la mantequilla y otros lácteos probablemente seguirá sin bajar de manera significativa. El gobierno polaco ha declarado a los medios que esta liberación de reservas es una medida de control a corto plazo y que, en cuanto las condiciones del mercado mundial mejoren de forma sustancial, se ajustará la estrategia según corresponda. Por otro lado, cómo reforzar la supervisión de la cadena de suministro de productos agrícolas y orientar a las empresas a una distribución más equilibrada en la selección de materias primas se ha convertido en un tema prioritario para Polonia y para la Unión Europea en general. Después de todo, cuando hasta la mantequilla empieza a escasear, la preocupación económica subyacente puede ser más profunda que el simple encarecimiento de un producto aislado.