En los últimos a?os, la política arancelaria de Estados Unidos sobre las exportaciones chinas ha experimentado ajustes frecuentes, lo que sin duda afecta a China, cuyo principal mercado de exportación es Estados Unidos.Comercio exteriorLas empresas enfrentan desafíos severos. Especialmente después de oleada tras oleada de aumentos arancelarios, muchos exportadores no pueden evitar preguntarse: ?nuestros productos seguirán siendo competitivos en el mercado estadounidense? ?Realmente no existen opciones alternativas? ?Y vale la pena seguir exportando aquellos bienes gravados con aranceles tan elevados? En este contexto, necesitamos analizar con calma la situación actual, evaluar los riesgos y replantear la estrategia de exportación futura.
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Toggle1. Las políticas arancelarias de la era Trump
Desde 2018 hasta 2019, el gobierno de Trump impuso gradualmente aranceles elevados a más de 300 mil millones de dólares en productos chinos, con una tasa máxima del 25%. Para 2020, el arancel promedio estadounidense sobre las exportaciones chinas se mantuvo en 19.3 %, cubriendo el 66.4 % de las importaciones provenientes de China, aproximadamente 335 mil millones de dólares. Esta política provocó directamente que la competitividad de numerosos productos chinos en el mercado estadounidense se viera gravemente afectada.
2. Ajustes arancelarios en la era Biden
Aunque la administración de Biden ha revisado algunas políticas de la era Trump, respecto a los aranceles sobre China, Biden básicamente ha mantenido la mayoría de las medidas anteriores, e incluso en 2024 impuso más aranceles, que abarcan la industria del acero y el aluminio,Energía solarBaterías, vehículos eléctricos y otros campos. Los aranceles a los vehículos eléctricos incluso se incrementaron del 25 % original al 100 %, lo que significa que la competitividad de precios de los vehículos eléctricos chinos exportados a Estados Unidos ha disminuido drásticamente.
3. Nueva amenaza de aranceles
El 25 de noviembre de 2024, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que impondrá un arancel adicional del 10 % sobre todas las importaciones provenientes de China desde el primer día de su mandato. Esto significa que los ya elevados aranceles aumentarán aún más; por ejemplo, los aranceles sobre automóviles eléctricos alcanzarán el 110 % y los de paneles solares se incrementarán al 60 %. Tal carga arancelaria representa, sin duda, una enorme presión para las empresas exportadoras chinas.
1. ?Los aranceles los pagan necesariamente los consumidores estadounidenses?
Muchas personas creen que la carga final de los aranceles recaerá sobre los consumidores estadounidenses. Sin embargo, la realidad suele ser más compleja. Por un lado, los importadores y minoristas estadounidenses trasladan los aranceles a los consumidores, lo que provoca un aumento en los precios de los productos. Pero, por otro lado, para responder a la sensibilidad de los consumidores ante los precios, los importadores pueden exigir a los proveedores chinos que reduzcan sus precios y así mantener la competitividad en el mercado. Esto significa que el margen de ganancia de las empresas exportadoras se ve aún más comprimido.
Al mismo tiempo, Estados Unidos también busca activamente diversificar su cadena de suministro, aumentando las importaciones de regiones como el sudeste asiático para reducir así su dependencia de China. Por lo tanto, la ventaja de costo de los productos chinos en el mercado estadounidense está desapareciendo gradualmente y la competencia se vuelve más intensa.
2. ?Pueden otros países reemplazarlo?
En los últimos a?os, Estados Unidos ha estado, en efecto, desplazando su producción hacia otros lugares, como Vietnam, Malasia y Tailandia en el sudeste asiático. Sin embargo, recientemente el Departamento de Comercio de EE. UU. anunció planes para imponer aranceles de hasta el 271 % a los paneles solares importados desde estos países. Esto demuestra que EE. UU. no se enfoca únicamente en China, sino que está ajustando su política de cadenas de suministro a escala global para proteger su industria nacional. Por tanto, para ciertos sectores específicos, el sudeste asiático no es completamente una alternativa de bajo arancel.
1. Estrategia de mercado diversificada
Los exportadores enfocados en el mercado estadounidense podrían encontrarse cada vez más dificultados para mantener su competitividad bajo el aumento progresivo de aranceles. Por ello, explorar otros mercados se convierte en una estrategia clave para enfrentar los desafíos actuales. Los mercados emergentes como Sudamérica, Medio Oriente y áfrica, aunque menos maduros que Estados Unidos, poseen un enorme potencial de desarrollo, especialmente en infraestructura y en la actualización del consumo, con amplios espacios de crecimiento.
Por ejemplo, muchas empresas de comercio exterior ya han comenzado a dirigir su mirada hacia Sudamérica. Aunque allí pueden existir problemas de mayor riesgo de pago, mediante herramientas de seguro de crédito como Sinosure, es posible reducir en cierta medida el riesgo de las transacciones. Al mismo tiempo, el mercado sudamericano tiene una demanda muy fuerte para ciertos tipos de productos, lo que puede representar nuevas oportunidades para las empresas chinas.
2. Reducir costos mediante la optimización de la cadena de suministro
Para el mercado estadounidense, las empresas necesitan adoptar medidas proactivas para reducir los costos de producción y operación, a fin de mantener la competitividad en los precios de los productos mientras enfrentan la presión generada por el aumento de los aranceles. Por ejemplo, recortar costos mediante la actualización tecnológica y la mejora de la eficiencia productiva, o optar por trasladar algunas etapas de bajo valor agregado a países con menores costos, con el fin de reducir el costo total de manufactura.
3. Aumentar la fidelización con los clientes existentes
Para los clientes estadounidenses de colaboración a largo plazo, los exportadores chinos aún conservan ciertas ventajas, en particular aquellas empresas que dominan los moldes de producción y la tecnología propietaria. Mantener la relación con los clientes antiguos, ofrecer servicios personalizados y un suministro estable puede, hasta cierto punto, contrarrestar el riesgo de que el cliente se oriente hacia otros proveedores. Al mismo tiempo, se pueden asegurar pedidos mediante contratos a largo plazo y otras formas de cooperación, reduciendo así la incertidumbre derivada de ajustes arancelarios.
El aumento de aranceles, ciertamente, ha comprimido las ganancias de muchas empresas, incluso haciéndoles perder momentáneamente su ventaja de costos. Para enfrentar la creciente presión sobre los costos, muchas empresas exportadoras optan por reducir constantemente sus márgenes de ganancia durante las negociaciones de pedidos, con el fin de mantener su participación en el mercado. Al mismo tiempo, los hábitos de compra de los consumidores estadounidenses también están cambiando gradualmente: cada vez más personas empiezan a prestar mayor atención a la calidad y la relación calidad-precio de los productos, y no solo al precio.
En este contexto, en lugar de enfocarse constantemente en los ajustes de los aranceles adicionales que Estados Unidos impone a China, las empresas de comercio exterior deberían, más bien, aferrarse al presente y adoptar estrategias de respuesta proactivas. Por un lado, mantener la estabilidad de los clientes actuales y llevar a cabo activamente el control de costos; por otro, explorar nuevas oportunidades de mercado, reducir la dependencia de un solo mercado y construir un portafolio de mercados diversificado.
Ante la creciente presión arancelaria impuesta por Estados Unidos, no podemos depender únicamente de un cambio de políticas para encontrar una salida; debemos, más bien, mantener la competitividad de nuestros productos a través del esfuerzo propio de las empresas. Explorar activamente mercados diversificados, optimizar continuamente la cadena de suministro y mejorar la calidad del producto son medios eficaces para enfrentar los desafíos externos. El camino del comercio exterior nunca ha sido llano, pero dentro de los retos siempre yacen nuevas oportunidades. Buscar la estabilidad sin dejar de innovar y atreverse a explorar son estrategias clave para que cada profesional del comercio exterior salga de las dificultades y dé la bienvenida al futuro.
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