La posibilidad de que Trump regrese al escenario político sumió en ansiedad a muchas empresas dedicadas al comercio sino-estadounidense. En especial, cuando todos escucharon declaraciones tan alarmantes como “aranceles del 60 %” o “el comercio entre China y EE. UU. se reducirá a cero en dos a?os”, no pudieron evitar tensarse. A continuación, analicemos juntos qué sucedería si estas situaciones llegaran a materializarse,Comercio exterior?Cuál será el impacto en las empresas y qué estrategias se pueden utilizar para enfrentar estos desafíos?
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ToggleRecordemos que, tras asumir el poder en 2016, Trump impuso aranceles adicionales a los productos chinos que fueron realmente significativos; en algunos casos, los aranceles sobre ciertos productos llegaron a dispararse hasta un 200 %. Estas medidas afectaron directamente las mercancías exportadas desde China hacia Estados Unidos, provocando un aumento abrupto en los costos de numerosas empresas, que se vieron obligadas a abandonar sus rutas de exportación originales.
Entonces, si esta vez los aranceles vuelven a aumentar hasta el 60%, ?podría representar un golpe mortal para la industria del comercio exterior?
No hay duda de que el aumento de los aranceles provocará directamente un alza en los precios. Ante los aranceles elevados, los clientes estadounidenses podrían optar por buscar otras cadenas de suministro o incluso impulsar el retorno de la manufactura. Sin embargo, es poco probable que las empresas pierdan por completo el mercado estadounidense. En particular, mientras la cadena de suministro global no se haya recuperado por completo y la industria mantenga un alto grado de interconexión, Estados Unidos seguirá dependiendo en gran medida de la manufactura china.
Muchas empresas de comercio exterior ya se prepararon con anticipación y establecieron una segunda base de producción en el sudeste asiático y otras regiones, con el objetivo de enfrentar cambios de política tan repentinos como estos. De esta manera, las empresas pueden procesar y exportar productos desde el sudeste asiático y otras zonas, aprovechando las políticas arancelarias preferenciales regionales para ingresar al mercado estadounidense a un costo más bajo.
Pero el problema es: ?qué sucede si el sudeste asiático también sufre un aumento de aranceles?
En efecto, en el caso de que Trump asuma el poder, también podría adoptar medidas similares de aumento de aranceles hacia otros países. En ese momento, las empresas podrían necesitar ser más flexiblesComercio TriangularLa estrategia, incluso establecer fábricas en lugares como México, aprovechando su tratado de libre comercio con Estados Unidos para lograr el ingreso al mercado estadounidense sin aranceles o con aranceles bajos.
Aunque las políticas de Trump parecen “severas y extremas”, también podrían traer algunas otras oportunidades. Por ejemplo, cuando Trump asuma el cargo, podría aumentar los requisitos de importación de productos de alta tecnología de China y relajar las restricciones sobre productos de alta tecnología, especialmente en el contexto de una expansión de la demanda interna en Estados Unidos, lo que podría incrementar la demanda de ciertos productos de alta tecnología y alto valor agregado. Para las empresas con capacidad de innovación tecnológica y productos de alto valor agregado, esto podría representar una oportunidad potencial.
Además, en caso de que la situación entre Rusia y Ucrania muestre signos de mejora, las oportunidades en el mercado europeo tampoco deben subestimarse. Si el comercio entre China y EE. UU. se ve fuertemente afectado, las empresas pueden considerar expandirse aún más en el mercado europeo y encontrar nuevos puntos de crecimiento comercial.
Si el mercado principal de la empresa es Estados Unidos, debe prepararse lo antes posible para enfrentar aranceles elevados; puede considerar las siguientes opciones:
Si el aumento de aranceles resulta inevitable, incrementar el valor agregado del producto puede ser una forma efectiva de reducir la pérdida de clientes. Las empresas pueden aumentar el contenido tecnológico y el valor agregado de sus productos, orientándose hacia mercados de gama media y alta, evitando así caer en guerras de precios con productos manufacturados de bajo nivel.
Además, explorar nuevos mercados también es clave. Las políticas arancelarias de Trump se centran principalmente en el mercado estadounidense, pero Europa, América del Sur, áfrica y Medio Oriente también poseen un gran potencial. Abrirse paso entre nuevos clientes en estas regiones y diversificar el riesgo de mercado permite a las empresas evitar el peligro de poner todos los huevos en una sola canasta.
En el contexto de cambios en las políticas, la comunicación entre las empresas y los clientes es particularmente importante. Para algunos clientes de colaboración a largo plazo, se puede mantener la relación mediante el ajuste de los métodos de entrega o la asunción conjunta de parte de los aranceles. De hecho, muchos clientes estadounidenses tampoco desean cambiar de proveedor, ya que esto aumentaría sus costos operativos y sus riesgos.
Es innegable que los cambios en la política comercial pueden generar algunos impactos a corto plazo, pero las empresas de comercio exterior también deben mantenerse optimistas. Así como el gobierno de Biden no subió impuestos de manera tan directa como parecía, la economía comercial sí se vio afectada de manera considerable. Por lo tanto, mantener la flexibilidad en el mercado y adaptarse rápidamente a los cambios externos es clave para el desarrollo sostenible de las empresas.
El regreso de Trump, la amenaza de aranceles del 60 % e incluso la idea de que el comercio entre China y EE. UU. llegue a cero suenan realmente alarmantes. Sin embargo, los ajustes del mercado siempre traen consigo tanto oportunidades como desafíos. Ante esta situación, planificar con anticipación y responder con flexibilidad, diversificando los riesgos en distintos mercados y bases de producción, es la estrategia que las empresas de comercio exterior más necesitan adoptar. Al mismo tiempo, aumentar el valor agregado de los productos y construir una mayor fidelización del cliente permitirá mantener la competitividad en un entorno comercial cambiante.
La experiencia histórica nos ense?a que una guerra comercial no es el final, sino el inicio de una redistribución del mercado. Las empresas con capacidad y preparación suelen destacar en medio de estos cambios. Espero que todos puedan encontrar su propia oportunidad en medio de esta situación cambiante y continúen navegando con valentía en la ruta del comercio exterior.
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